Retroanálisis GBA: Harry Potter y la Piedra Filosofal

Hace unos años completé Harry Potter y la Piedra Filosofal en GBC, una verdadera joya de la consola de Nintendo que nos transportaba al mundo mágico para revivir la historia del primer libro en forma de un RPG bastante trabajado y sorprendentemente divertido.

Por aquella época, las diferencias técnicas entre las plataformas eran tan grandes que lo habitual era hacer diferentes juegos para las diferentes consolas. Así, Griptonite Games, los mismos que adaptaron el libro a GBC, llevaron a cabo una adaptación bastante diferente en GBA, que por aquel entonces acababa de ser lanzada al mercado y cuya potencia gráfica nos hacía soñar a los niños de los noventa.

Cambio de consola, cambio de estilo

Harry Potter y la Piedra Filosofal llegó a las tiendas para GBA en el año 2001. Seguramente, con la idea de aprovechar las posibilidades de la nueva consola de Nintendo, el enfoque de la aventura cambió de un RPG tradicional por turnos a una aventura que empezaba con el protagonista llegando a Hogwarts (a diferencia de la versión de GBC que nos dejaba explorar el Callejón Diagon).

La estructura del juego está bastante marcada y se repetirá a lo largo del mismo, y es la siguiente:

  • Asistimos a alguna clase, en la que aprenderemos un hechizo mediante un minijuego donde tenemos que memorizar los movimientos de los profesores para replicarlos. Tras ello, deberemos superar una fase en la que usaremos este nuevo hechizo. Estas fases consisten en escenarios más o menos laberínticos con algunos puzzles sencillos en los que recogeremos algunos objetos para poder salir. En ocasiones tendremos que enfrentarnos a enemigos (aunque a lo largo del juego solo dispondremos de un único hechizo para defendernos).
  • Iremos a un partido de Quidditch (o tendremos que superar una fase en escoba), en la que tendremos que perseguir la snitch dorada y luego atraparla, todo ello presentado con en una vista aérea. 
  • Tendremos que colarlos en algún lugar de noche, cuidando de que no nos vean los profesores o los prefectos, de lo contrario perderemos puntos para la Copa de las Casas.
Más o menos esa es la forma de avanzar en el juego, y desde luego es una fórmula que apenas varía a lo largo de toda la aventura, por lo que es muy fácil que resulte repetitivo y algo tedioso a poco que hayamos jugado. Es una verdadera lástima porque la versión de GBC consigue mantener al jugador mucho más entretenido, variando las situaciones a las que nos enfrentaremos.

También hay ciertas mecánicas que no terminan de convencerme. Cuando te caes por un agujero (y las fases están repletas de ellos), tienes que volver a empezar desde el principio (nada de checkpoints), lo que hace que sean todavía más tediosas de pasar. El combate es bastante simple y tosco. Solo tenemos el hechizo flipendo para defendernos y la variedad de enemigos es bastante alarmante (se pueden contar literalmente con los dedos de una mano).

Los puzzles son también bastante sencillo y apenas hay reto en ellos, más allá de alguna muerte que puedas tener por despiste, ya sea cayéndote por un agujero o muriendo por lo mal que se siente el combate.

Y para rematar, el control del juego en las fases de escoba es realmente atroz. La velocidad a la que iremos es bastante elevada y el control no ayuda demasiado, se nota tosco y poco pulido en todo momento. Por suerte, son secciones cortas, pero esta se suma a la lista de cosas que no parecen funcionar bien del todo y que al final dejan un mal sabor de boca.

Técnicamente correcto, pero soso en el terreno artístico

Gráficamente, una de cal y otra de arena. Desde luego, la mejora en la calidad de texturas y modelos es considerable con respecto a GBC, la diferencia en la potencia está bien aprovechada en este sentido. Lo que es una lástima es la poca personalidad que tiene Hogwarts. Todos los pisos parecen iguales, las clases son enanas y el nivel de detalle en general no está muy allá. No es visualmente atractivo en el sentido artístico y no te dan ganas de explorarlo más allá de lo necesario para seguir avanzando en la historia.


La trama es la misma que la del libro, contada a veces con escenas con los personajes hablando en el escenario y enormes bocadillos y en otras ocasiones con ilustraciones y texto. Como suele pasar en este tipo de adaptaciones, la historia se cuenta de forma bastante comprimida y torpe, de forma que no se siente especialmente emocionante casi en ningún momento.

El juego dura apenas unas horas y se hace bastante corto. Aunque hay algunos coleccionables que pueden alargar la vida del juego, en forma de cromos de magos y vidas extra para el personaje.

GBA vs GBC, ¿hay un claro vencedor?

Entre las versiones de GBA y GBC, sin lugar a dudas la de GBC supera a la de GBA. A pesar de ser una consola inferior en cuanto a capacidades, la versión de GBC es un juego mucho más pulido, llamativo en el terreno artístico y con un combate mucho más profundo e interesante. Es, cuanto menos curioso, la enorme diferencia de calidad en el producto a pesar de que ambos juegos salieron del mismo estudio.

Curiosamente, esta diferencia en estilo siguió sucediendo con la secuela, La Cámara Secreta, así que quizá más adelante repase esos dos juegos.

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