Mis primeros pasos en la saga Dragon Quest: la trilogía original

Hace cosa de un año tenía algo de saldo de Google Play que tenía que liquidar, y echando un vistazo a la store con la idea de comprar algún Final Fantasy, me fijé que los primeros DQ están realmente bien de precio, así que me lancé a ello y decidí empezar la saga.


DRAGON QUEST I


Vamos a empezar por el principio, así que os hablaré de Dragon Quest I. Cuando empecé Dragon Quest I mis expectativas eran encontrarme algo similar al primer Final Fantasy, pero la verdad es que es bastante diferente en muchos aspectos. 


La historia en sí pues no es nada del otro mundo. Eres el héroe y tienes que salvar a la princesa y derrotar al malo malísimo de turno. No hay giros de guión, personajes con profundidad ni nada. Tú empiezas en el castillo y ale, a salir al mundo.


Jugablemente es bastante sencillo también, y es una de las cosas que me sorprendió. En lugar de un grupo de personajes controlamos a un solo protagonista, y todas y cada una de las batallas que libraremos serán 1 contra 1. Nuestro personaje, al ser el único, hará el rol de dps, healer, buffer… Tendrá ataques y magias para hacer de todo, lo que reduce en realidad mucho la complejidad de los combates.


Eso sí, no os penséis que por ser un juego sencillo en forma sea un juego en el que se avanza fácilmente la historia. Más bien todo lo contrario, es bastante común quedarse totalmente bloqueado sin saber qué hacer o hacia dónde tirar. El juego rara vez te dirá claramente cuál es el siguiente paso, y muchas veces requiere que preguntes a los NPCs (que hablan en un inglés de nivel un poco más elevado de lo habitual) y recorrer los escenarios buscando puertas que no se ven o paredes que no lo son. Muchas veces la única forma que he encontrado para seguir adelante ha sido recurrir a guías.


Por otro lado, las mazmorras tienen un diseño bastante cuestionable. Suelen ser cortos laberintos con un solo camino correcto y un montón que no llevan a ninguna parte. No hay puzzles ni mecánicas especiales, solo pasillos y pasillos idénticos. Si fueran algo más largas desde luego serían un auténtico problema.


Cuando termines la aventura, lo normal es que hayas tardado entre siete y ocho horas, y ese es todo el contenido que el juego te ofrece. No hay nada más allá, ni misiones secundarias, ni mazmorras extra… La forma que tiene el juego de alargar la duración (ya que podría acabarse en mucho menos de ese tiempo de no ser así) es poner muros de niveles. Es muy común atravesar un puente y que de repente al otro lado los enemigos te quiten mucha más vida, lo que te obliga a pararte a farmear experiencia y oro cada poco tiempo.


El sistema de guardado es algo que no entiendo cómo no cambiaron en estos remakes. Para guardar la partida debes volver al castillo del inicio, entrar en él y hablar con el rey. Sí, cada vez que quieras guardar tienes que hacerlo. Es una mecánica absurda y que no tenía sentido ni cuando salió el juego. Al menos la versión de Android tiene función de autoguardado, por si metes la pata.


Con todo esto, puede parecer que el juego no me gustó pero en realidad creo que es bastante entretenido si lo juegas de tranquileo. Una forma muy interesante de ver cómo empezó todo el mundillo de los jRPG, un pedazito de historia de los videojuegos que cambiaría los videojuegos japoneses para siempre.


DRAGON QUEST II


Vamos pasando a Dragon Quest II. En general, es un juego que sigue el lema de “más y mejor”, en todos los aspectos del juego.


La historia, aún siendo simple, da algunos pasos adelante en la dirección correcta. Situado tras los sucesos de Dragon Quest I, controlaremos a los descendientes del héroe protagonista de aquella entrega para acabar con el nieto del rey demonio. 


En esta ocasión, la party tiene tres miembros y los combates serán contra grupos de enemigos, muchas veces mayores en número que nosotros. 


En los personajes empezamos a ver la clásica división de personajes: está el personaje ofensivo físico, el personaje que tiene magias ofensivas y otro que se dedicará a curar, lo que le da al combate algo más de profundidad, pudiendo hacer estrategias diferentes y aumentando así la dificultad en general.


En cuanto al mundo, pues es bastante más grande. Hay mucho más terreno que visitar y explorar, más mazmorras (aunque su diseño sigue siendo bastante cuestionable) y más ciudades. Esto viene con otra consecuencia, si en el primero era habitual quedarse pillado por no saber a dónde ir, consultar guías con esta segunda entrega es casi obligado si no quieres estar horas dando vueltas como pollo sin cabeza. Eso sí, explorar el mapa es bastante mejor gracias, en parte, a la inclusión del barco como medio de transporte.


También el guardado se hace más accesible y ahora se puede guardar en muchos más lugares, aunque siguen existiendo ciudades sin NPC para guardar.


La duración de esta segunda entrega es bastante mayor que la de la primera y aunque los muros de niveles siguen existiendo es bastante más ameno el farmeo. Dura aproximadamente 17-18 horas y tampoco tiene contenido secundario así que una vez hayas terminado el juego poco más tienes por hacer.


En general se podría decir que el equipo de desarrollo fue perfilando aquí y allá elementos de la fórmula para pulirla y el resultado es un juego mucho más competente que el primero pero todavía con muchas aristas que pulir.


DRAGON QUEST III


Y para terminar tengo que hablar del que me ha parecido la mejor entrega con diferencia de la trilogía original: Dragon Quest III.


La historia se hace más compleja, con un protagonista hijo de un héroe que sigue sus pasos y lucha contra el villano que comanda los monstruos y ha traído el terror a su mundo. Esta historia, a diferencia de los juegos anteriores, sí que cuenta con algunos giros de guión, no muy impactantes pero interesantes y su final trata de sorprender, aunque sí has leído en internet probablemente la gran revelación final pues ya la sepas.


En cuanto al sistema de combate, en esta ocasión se decidieron a innovar y la party está compuesta por cuatro personajes… Que tú escoges en la taberna. Estos personajes no tienen historia ni nada, son meros avatares que puedes personalizar hasta cierto grado: puedes decidir su profesión (guerrero, mercader, mago…) o su naturaleza, que afectará a sus estadísticas al aumentar de nivel. Esto en lo personal me parece interesante y a la vez una pena, interesante por las posibilidades jugables, una pena por la pérdida en el terreno narrativo.


Por lo demás, se incluye la posibilidad de que los personajes actúen por su cuenta en base a unas estrategias que puedes seleccionar, haciendo que el farmeo sea más rápido y menos aburrido. 


El mundo se hace de nuevo más amplio y en esta ocasión se añade como medio de transporte un enorme pájaro alado, lo que hace que la exploración sea bastante más rápida.


Dura unas 25-26 horas y en la versión de móviles tiene una mazmorra adicional bastante jodida. Tengo entendido que en otras versiones además hay un minijuego y otra mazmorra extra. Sin lugar a duda, el mejor juego de la trilogía original, con una historia que ahora sí, es interesante por momentos, un sistema de combate con más posibilidades y algunos extras como la exploración aérea que hacen que la experiencia sea mucho más divertido.


Conclusiones


En general he disfrutado bastante de estos primeros Dragon Quest. Me he llevado una enorme sorpresa con algunos y el tercero me parece un juego bastante competente, así que ya me he comprado el DQXI y espero darle un buen vicio. Para los que tengáis interés, podéis jugarlos en smartphones y Switch a un precio asequible.


Un saludo, ¡hasta la próxima!


LönKMâlkavar

Videojuegador empedernido desde que tengo recuerdo, programador de profesión y un frikazo como el que más.

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