Xbox se reconcilia con Japón... o tal vez no tanto

La historia de Xbox con Japón nunca ha sido brillante. Las consolas de Microsoft no han conseguido encandilar a los japoneses, que, teniendo dos grandes fabricantes de videoconsolas dentro de su propio país, no ven la necesidad de comprarle consolas a la competencia americana.


Pero al menos Microsoft lo intentaba. A comienzos de la generación pasada se notó un clarísimo esfuerzo por parte de la compañía de Windows por popularizar sus productos dentro de las fronteras niponas, y sacó adelante videojuegos de su propia cosecha como Lost Odyssey o Blue Dragon, juegos con un buen presupuesto, con conocidos desarrolladores y diseñadores detrás para atraer al mayor número de japoneses posibles.

Incluso las third partys japonesas se volcaron con 360, sacando muchos juegos en un principio exclusivos para ella: Tales of Vesperia, Eternal Sonata, Infinite Undiscovery... Esta colaboración entre Microsoft y las desarrolladoras japonesas no consiguió que la consola despegara en Japón, pero sí logró algo importante que la propia multinacional americana tardó en entender: que fans de los videojuegos japoneses en occidente compraran una Xbox en lugar de una Playstation.


Poco después, las empresas como Bandai Namco o Square-Enix empezaron a sacar en PS3 los videojuegos que habían lanzado para Xbox 360 y que no habían vendido lo esperado dentro de las fronteras del país, con ports y versiones mejoradas, y tras un tiempo al ver que en las consolas de Sony los resultados eran mucho mejores a mediados de generación y finales muchas retiraron el apoyo a Xbox, perdiendo así juegos como Tales of Xillia o la saga Yakuza...

Microsoft pareció verlo claro: no merece la pena esforzarse por tener éxito en Japón. Aun cuando los juegos japoneses salían en sus videoconsolas estas no conseguían tener éxito en el país del sol naciente, por lo que Japón ni siquiera figuraba en el lanzamiento inicial de Xbox One. Y ese fue un error del que todavía se está recuperando. Con un lanzamiento tan tardío y sin juegos realmente interesantes para Asia, Xbox One se la está pegando en Japón de una forma brutal. La consola apenas llega a las cien unidades vendidas a la semana.

Las bajas ventas de One en el país nipón hicieron que las desarrolladoras del país la ignoraran durante años tras su lanzamiento, ya que no veían que sus juegos pudieran vender bien. Y esto ha sido una perdición para la consola de Microsoft, ha perdido por completo el interés de cualquier persona fan de juegos japoneses no solo en Japón, sino también fuera.


La situación llegó a ser tal que Phil Spencer, principal responsable de la marca Xbox, viajó a Japón para intentar convencer a desarrolladoras japonesas para que sacaran sus juegos en Xbox One. Como resultado se trajo Dragon Ball FighterZ, y con el paso del tiempo hemos vistos ports tardíos (quizá demasiado) de juegos como Nier Automata y futuros lanzamientos como el remaster de Tales of Vesperia, anunciado a bombo y platillo en su propia conferencia el pasado E3. Pero ya es tarde para One, se ha perdido demasiados grandes nombres como la saga Yakuza al completo, Ni no Kuni 2, las recopilaciones HD de Kingdom Hearts (algo que condicionará mucho las ventas de la tercera entrega en la plataforma de Microsoft), Persona 5, Nioh...  Incluso en los próximos meses tenemos lanzamientos como Dragon Quest XI que no saldrán en la plataforma.

Si nos vamos al terreno de videojuegos de menos presupuesto el panorama no es mucho mejor. Para muchas compañías pequeñas o medianas como Compile Heart, Furyu o Nippon Ichi directamente es una consola que no existe, y están poniendo sus miras antes en Switch e incluso PC.


Microsoft subestimó a Japón no como un mercado con millones de posibles consumidores, que en ese sentido siempre lo ha tenido complicado, sino como un país capaz de hacer que millones de jugadores fuera de sus fronteras se decantaran por Playstation. El acercamiento que inició Phil Spencer está bien, la importancia en el pasado E3 que se le dio a los videojuegos japoneses es una declaración de intenciones muy evidente, pero debe esforzarse más ya no mirando a One que está condenada (no solo por la falta de juegos asiáticos, por muchas otras razones también), sino al futuro y a su sucesora.
LönKMâlkavar

Videojuegador empedernido desde que tengo recuerdo, programador de profesión y un frikazo como el que más.

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